sábado, 3 de abril de 2010

Caballos mitológicos II

Seguimos con la 2ª entrega de Caballos Mitológicos




PEGASO


En la mitología griega Pegaso (en griego Πήγασος) era un caballo alado.
Pegaso nació de la sangre derramada por
Medusa cuando Perseo le cortó la cabeza. Es totalmente blanco y tiene dos alas que le permiten volar. Una característica de su vuelo es que cuando lo realiza, mueve las patas como si en realidad estuviera corriendo por el aire.
Según las fuentes clásicas, Perseo no llegó a volar montado a Pegaso, puesto que lo hacía gracias a unas sandalias aladas, sin embargo, muchos artistas
renacentistas lo representaron volando en este caballo.
Belerofonte encarna el defecto de la excesiva ambición. Cuando por fin consigue montar a Pegaso, no contento con esto le obliga a llevarlo al Olimpo para convertirse en un dios, pero Zeus, molesto por su osadía, envía a un insignificante mosquito que pica el lomo de Pegaso y precipita al vacío a Belerofonte sin matarlo, quedando lisiado y condenado a vagar apartado del resto del mundo toda su vida recordando su gloria pasada.
La leyenda de Pegaso puede haber influido la formación de la figura del
buraq en la tradición islámica.



HIPOCAMPO
En la mitología griega, el hipocampo (en griego Ίπποκάμπη Hippokámpê o Ίππόκαμπος Hippókampos) era el fabuloso caballo marino que, según la descripción de Pausanias, era un caballo con la parte inferior del cuerpo desde el pecho de monstruo marino o pez. El hipocampo aparece incluso en los poemas homéricos como símbolo de Poseidón, cuyo carro era tirado sobre la superficie del mar por veloces caballos. Los poetas y artistas posteriores concibieron y representaron los caballos de Poseidón y de otras divinidades marinas como una combinación de caballo y pez.

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